Eran jóvenes adolescentes y el
imán de Ripoll los buscaba precisamente así, sabía que eso le permitía llevar a
cabo el proceso de radicalización de una forma más óptima. Estos son los
mejores.
Como cualquier adolescente, estos
chicos se encontraban en un proceso evolutivo muy importante, pasar de la
adolescencia a la adultez. Esto generalmente suele ser de por sí muy complicado
en condiciones normales. El adolescente debe tratar de conformar su identidad
como adulto, qué es y qué va a ser, cómo se va a mostrar ante el mundo que le
rodea. Es una fase de reafirmación personal en la que el joven suele acercarse
a sus iguales y tiende a desafiar a la autoridad: padres, profesores…Hasta aquí
algo normal en cualquier adolescente. Ahora entra el imán y empieza a trabajar
la radicalización.
Para Hamm, un autor que ha escrito mucho sobre este tema, existen tres
factores que motivan la radicalización individual: la búsqueda de sentido y de
identidad, la necesidad de protección física o apoyo social y el deseo de
desafiar a la autoridad o combatir algún agravio.
Estos jóvenes estaban en una
lucha interior por saber quiénes eran en realidad y qué les ofrecía la sociedad
en la que estaban. Posiblemente no se sentían ni musulmanes ni occidentales
sino una “cosa rara”, demasiado poco musulmanes para los suyos, para sus
familiares y antepasados y demasiado poco occidentales para sus profesores,
para sus vecinos y amigos.
El imán, tras ganarse su
confianza y, a pesar de ser adulto, mostrarse como un igual, les da algunas
recetas, algunas respuestas, algunas webs para que vena realmente lo que son,
para que descubran que son unos tipos agraviados por occidentes, amenazados,
odiados, menospreciados y marginados. Miran videos en los que gente como ellos son
aniquilados en Siria o Irak. ¿Qué vais a hacer contra esto? Luchar, combatir,
vengarse.
Aquí se han dado 3 procesos: no
ser nadie, identificación con el otro, asimilación del otro.
En este momento se les ofrece
algo muy interesante para una joven frágil, ser “soldado de alá”. Frente a
convertirse en un marginal de Ripoll, que solo podrá acceder a subvenciones,
con trabajos precarios y viviendo en un barrio pobre para siempre, ahora se les
ofrece la posibilidad de convertirse en “soldados”, en valientes, en héroes, en
personas implicadas, con una meta y con una trascendencia. Te conocerán como a
Messi o Neymar, estar en este grupo será lo más parecido a jugar en el
Barça. Si no, puedes seguir siendo un
morito de Ripoll.
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