viernes, 18 de septiembre de 2015

Peregrina declaración.



Miguel Ángel Muñoz, el presunto autor del crimen de Denise Thiem realizó unas delcaraciones en sede judicial típicas del que se encuentra en un callejón sin salida.
En primer lugar nos habla del momento de la muerte fruto de un estado de "ofuscación", término muy socorrido para los abogados pero que no tiene ningún tipo de sustento psicológico ni psiquiátrico. El presunto indica que Denise paso por su propiedad perdida y él le guía y acompaña hasta que al ponerse ésta nerviosa Miguel Ángel la golpea, tras lo cual Denise va a caer contra una piedra. No explica, claro, por qué se pone nerviosa y por qué su "ofuscación/locura transitoria" dura solo el momento del golpe, mostrándose perfectamente lúcido en su encuentro previo con ella y en todos los comportamientos criminales que realiza después de comprobar que estaba muerta. Los abogados deberían leer algo más sobre psicopatología y entender que, en determinadas tipología de personalidad, existen ataques de violencia impulsiva o reacciones agresivas explosivas, pero no es posible generar un trastorno que influya en sus condiciones volitivas y cognitivas que duren solo unos pocos minutos. Pero además, como digo, los comportamientos que suceden después son incompatibles con una persona desequilibrada mentalmente y sin embargo sí son compatibles con una planeación criminal típica de alguién que ha hecho algo malo y lo quiere ocultar.
Indica que transporta a la víctima durante más de dos horas para enterrarla. La condiciones del paraje implican que este transporte lo hizo cargándola él mismo. Unos 53 kilos y 1,63 cm por un terrero forestal. En mi artículo sobre comportamientos de ocultación de cadáveres (http://www.uv.es/gicf/4Jimenez_GICF-2.pdf ) explico cómo suelen realizarse éstos y para nada son compatibles con lo que declara.
Invito a que alguien, con el estrés y la ansiedad de haber matado a una persona, coja un peso de 53 kilos y un volúmen correspondiente a una persona de 1,63 cm, se la eche a hombros y camine por el campo durante más de dos horas. Doy por sentado que el lugar ofrece la intimidad suficiente como para poder llevar un cadáver encima sin que se encuentre con nadie.
La ofuscación no le impide realizar otros comportamientos llamativos desde el punto de vista criminal. Desnuda a la víctima, quema sus ropa y mochila y secciona sus manos. Esto implica además que tuvo acceso o portaba un instrumento para cortar y material para realizar un fuego.
Es posible que desnudar y cortar sus manos se deban a un intento de borrar pistas forenses, sin embargo, habría que descartar la posibilidad de una connotación sexual del crimen y la amputación de las manos como trofeo, lo cual le daría al presunto un cariz criminal mucho más complejo y aberrante. Si aparecen las manos cerca de un lugar donde él puede acceder facilmente como su casa la segunda hipótesis sería muy plausible.
De toda esta parte del crimen, si es cierta, debe haber restos de enterramiento, de fuego, de sangre...
En cualquier caso, Miguel Ángel en ese momento tiene más un perfil criminal que un perfil de trastornado u ofuscado. Tiene como decimos, "conciencia forense" y entereza emocional y psicológica como para hacer lo que está haciendo.

El arrepentimiento como estrategia aparece en el momento en que cuenta cómo la desentierra de ese lugar al ver que nadie la encuentra y la lleva al lugar donde finalmente fue encontrada, un lugar para él más visible (pero no tanto como para encontrarla en meses). Ese arrepentimiento se podría haber operativizado de otra manera más efectiva pero evidentemente no estaba tan arrepentido. El episodio de los 1.000 dolares que dice encuentra por casualidad y no en la mochila de Denise es una gota más de una declaración que no se sostiene.